jueves, 5 de febrero de 2009

GLOBALIZACION, COYUNTURA INTERNACIONAL Y ALTERNATIVA DE POLITICA PARA LA ECONOMIA COLOMBIANA

La globalización se ha convertido en un fenómeno de gran trascendencia para la humanidad, no solo por sus implicaciones positivas sino por los efectos no deseables en las diferentes naciones, entre ellas Colombia, quienes argumentan ser víctimas de unas exigencias de participación que difícilmente pueden cubrir, pero que los influencia ampliamente en aspectos, tantos económicos como sociales. Actualmente nos enfrentamos a un mundo totalmente globalizado que ha propiciado el contexto perfecto para incrementar la interdependencia entre los distintos países, y por tanto el potencial de vulnerabilidad ante las fluctuaciones de los mercados internacionales, específicamente a nivel macroeconómico que se traducen en consecuencias microeconómicas para cada país implicado, afecciones con mayor impacto en las economías emergentes

Las consecuencias de la actual recesión internacional, la cual sugiere una desaceleración económica, se ha incrementado debido a la interdependencia y comprensión difusa por parte de la humanidad sobre las implicaciones de un mundo globalizado. Este tiene como característica principal permitir la influencia de un país en otro y demandar a cada nación la implementación de políticas integrales que respondan a los vaivenes del contexto internacional y las exigencias en materia de participación económica.

Penetrar las economías a escala se convierte en uno de los retos más importantes para los países en tanto que sugiere oportunidades de crecimiento y desarrollo. Sin embargo, en contraste con los beneficios nos encontramos ante una dificultad: entrar en tales economías nos solo hace más complejo los procesos sociales y económicos de cada país sino que suscita un conflicto conceptual en los diferentes naciones en lo que se refiere a su soberanía, autonomía y legitimidad estatal. En este sentido Saskia Sassen en la revista Análisis Político “Una sociología de la globalización” (2007) plantea la existencia de procesos nacionales que se dan a escala global que deberían ser considerados parte de la globalización y sin embargo no es así. Indudablemente, esta situación se traduce en altos niveles de dificultad para definir las reglas de dirección política a fin de promover el desarrollo, y especialmente en aquellos países donde la estructura institucional es débil.

En un mundo globalizado, donde los países tienen estrechas relaciones sociales y económicas el impacto que genera uno sobre el otro es alto. Es tanto que según Edgar Tovar en la revista Economía Institucional (2º semestre 2008) plantea en los países actuales, en su mayoría con economías de mercado, la globalización se convierte en un mecanismo de cambio institucional externo en tanto que, ante la necesidad de participar en los mercados globales se evidencian cambios tales como la reducción de costos de transacción asociados con el comercio, el incremento de la capacidad competitiva y el aprovechamiento de la experiencia, a tal punto de prevenir la entrada de otros competidores una vez se abren fronteras.

Un contexto socioeconómico como el descrito que ha provocado la asociación de los países a tal punto de crear organismos multilaterales como la OMC o la ONU para facilitar sus relaciones y unir esfuerzos, adicionalmente hace que por ejemplo, de acuerdo con los planteamientos de Mauricio Cárdenas en Economía Colombiana (2007), el mercado de exportación venezolano este compuesto por 11 países que demandan el 61% de ese mercado. En este sentido, la situación de la economía Colombiana es muy similar porque Venezuela es considerado nuestro segundo socio comercial y Estados Unidos demanda el 41% de nuestro mercado exportador. Ante esta situación de internacionalización de la economía colombiana, empezamos a ser un país globalizado en todas sus dimensiones, tanto económica, política, cultural, social como ambiental que a su vez, según Juan Jaramillo en la revista Carta Financiera (2004) hace a Colombia un país más vulnerable a los vaivenes de la economía mundial en tanto que incrementamos la participación en los mercados internacionales, y por tanto su debilidad ante los posibles caídas del mercado externo que nos podría dejar en un periodo de receso irrecuperable si carecemos de los mecanismos de estabilidad interna como opciones de sostenibilidad ante las crisis.

La recesión económica internacional como la que estamos enfrentando en la actualidad trae sobre las diferentes economías un trascendental impacto. Sin embargo, en Colombia los efectos más evidentes son los que se dan a nivel microeconómico. Empíricamente podemos ver como las tasas de desempleo empiezan a aumentar, muchas empresas frenan sus actividades de producción, las exportaciones sufren caídas considerables y por tanto la disminución de los niveles de vida de la población que luego se traducen en pobreza y problemas de orden público. Un ejemplo de esta situación es el que tiene que ver con la caída de la bolsa de valores de New York Wall Street, que según Juan Pablo Córdoba impacta en Colombia especialmente en el sector de las exportaciones. El nerviosismo económico se traduce en el denominado afecto domino que sugiere una caída económica secuencial en tanto que muchos agentes de comercio interno dependen entre si y por tanto si uno cae los demás se ven afectados y a su vez la sociedad en general.

De acuerdo con lo anterior, se puede concluir que la globalización aunque sugiere oportunidades a las economías, especialmente emergentes, para acelerar el paso de su crecimiento, también es cierto que hace vulnerable a los diferentes países ante las crisis debido a la interdependencia que implica. Tal vez las economías fuertes se sostengan, pero una economía como la colombiana con altos niveles de inestabilidad dada la poca definición de la institucionalidad y por tanto los problemas de orden público, inequidad, pobreza y desigualdad que presenta, y adicionalmente las exigencias del mundo globalizado, demandan de Colombia la implementación de políticas tanto dirigidas a fortalecer la economía interna como a adecuarse las características de los mercados internacionales. Así, Colombia deberá formular políticas que corrijan a tiempo posibles excesos de endeudamiento y fomentar la claridad política a través de reformas estructurales necesarias. Además, se deben implementar políticas macroeconómicas como la monetaria, fiscal, y a su vez encaminar esfuerzos para reincrementar los niveles de ahorro público. Además de fomentar la coherencia entre la política fiscal y monetaria en tanto que históricamente se ha visto que reduce la vulnerabilidad ante las condiciones externas. Adicionalmente se debe optar por brindar a los ciudadanos educación de calidad que les permita a las personas ser competentes y capaces de aportar ideas en aras de reducir la dependencia de nuestra economía.


REFERENCIAS BIBLIOGRAFIAS

SASSEN, Saskia (2007). “Una sociología de la globalización”, en Anal Polit, edición No 61, septiembre-diciembre, pp. 3-27. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

CÀRDENAS, Mauricio y Salamanca Camila (2007). “La Economía Colombiana frente al nuevo escenario externo”, en Economía colombiana, edición No 320, septiembre, pp. 16-29. Bogotá D.C: Contraloría General de la Republica.

JARAMILLO, Juan Carlos (2004). “La Coyuntura Economica Interna a la luz de la situación internacional”, en Carta Financiera, edición No 127, junio, pp. 20-24. Bogotá: ANIF.

TOVAR, Edgar Demetrio (2007). “Globalización del Capital y desarrollo Institucional del Sistema Financiero, en Economía Institucional, Vol 9, No 17, Segundo semestre, pp. 75-107. EU: Universidad Externado de Colombia.

miércoles, 4 de febrero de 2009


Es la enigmática foto una alusión a la desintegración del mundo o quizá el mapa en relieve del averiado mundo visto desde el espacio. Es una figura cristalizada aparentemente en proceso de derretimiento que empieza a perder consistencia y es fracturada por la tiranía humana. Es la tierra que perdió autonomía y sólo responde a desordenes climáticos. Así, no puede sostenerse por si sola y depende de la insuficiente sabiduría humana. Queda una leve sensación de movimiento, tal vez una selva en el centro de la figura y la fauna huyendo.
Es esta melancólica pintura la representación del sacrificio de Cristo por el pecado de la humanidad. En el fondo de la imagen la cruz donde estuvo Jesucristo crucificado. Los destellos de luz resplandeciente que se extienden desde el cielo sugieren el poder y la pureza del Padre que se lleva a su Hijo resucitado. Las barras de cedro (vertical y horizontal) de la oscura cruz aluden a la relación que como seres humanos debemos tener: hombre-Padre y hombre-hombre. Sin embargo, el claustrofóbico escenario es mitigado por el suave toque del violín. En la parte inferior central de la imagen, el sujeto beneficiario de la acción redentora, intenta agradecer.